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TAI CHI CONTRA LAS CAIDAS

Laura Tardón Madrid. Diario EL MUNDO. Mayo 2011


Las nuevas guías de las Sociedades Americana y Británica de Gerontología incluyen, por primera vez, el taichi como recomendación para prevenir las caídas entre la población mayor. Así lo confirma un informe publicado en 'Journal of the American Geriatrics Society'.
"Estos episodios son uno de los problemas de salud más comunes en este segmento de la población, causan deterioro funcional y, por lo tanto, pérdida de independencia", afirma Mary Tinetti, principal autora de este trabajo, de la Universidad de Yale (EEUU). Por esta razón, subraya su equipo, "es importante desarrollar intervenciones para prevenir, en la medida de lo posible, el riesgo de caídas en personas de edad avanzada".
"El taichi consiste en realizar movimientos lentos y rítmicos que requieren rotación del tronco, desplazamiento dinámico del peso y la coordinación entre los movimientos de las extremidades superiores e inferiores. Esto mejora el equilibrio y ayuda a reducir el riesgo de caídas", señala Monserrat Lázaro del Nogal, coordinadora de la unidad de caídas del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), quien, además, publicó un estudio en 2009 en 'Medicina Clínica', en el que recuerda que "los programas de ejercicio eficaces son el taichi, el entrenamiento del equilibrio y de la marcha y el trabajo de la fuerza, que pueden llegar a reducir las caídas un 19%".


El tai chi «inmuniza» a los mayores contra las infecciones

A.R. Diario El Mundo

Las personas mayores que se apunten a clases de tai chi (una disciplina oriental basada en la relajación y en la ejecución de movimientos estructurados de forma pausada mientras se controla la respiración) deben saber que, además de mejorar su equilibrio y su movilidad, también podrán enfrentarse mejor a las infecciones, según un pequeño trabajo publicado en Psychosomatic Medicine. En la investigación participaron 36 individuos de entre 60 y 80 años. Mientras la mitad no hizo ninguna actividad, el resto acudió tres veces por semana a una sesión de 45 minutos de tai chi.
Todos los participantes fueron sometidos a análisis de sangre antes y después del seguimiento para evaluar su sistema inmunitario (basándose sobre todo en el recuento de células T) y se pudo comprobar que los que se ejercitaron estaban en mejores condiciones que sus compañeros que no lo habían hecho. Esta es una de las primeras ocasiones en las que se observa, de manera controlada, el efecto positivo del tai chi en la salud. Los autores van a realizar estudios más amplios para ratificar sus hallazgos. Por su parte, otro trabajo, presentado estos días por científicos de la Universidad de Harvard (EEUU) en las últimas jornadas sobre fallo Cardiaco, ha revelado que los pacientes que sufren esta patología también pueden elevar su calidad de vida gracias a dicho arte marcial. En este caso, 30 personas con fallo cardiaco estable (que contaban con seguimiento médico) fueron divididos aleatoriamente en dos colectivos. Uno siguió el tratamiento estándar y el otro recibió sesiones supervisadas de tai chi durante tres meses (en clases de una hora, dos veces a la semana). También se les proporcionó un vídeo explicativo para practicar en casa.
Estos pacientes obtuvieron mejores resultados en las escalas que miden factores como la facilidad para desenvolverse en las tareas cotidianas y la capacidad para caminar sin dificultad.


El ejercicio frena la pérdida de memoria

Diario EL MUNDO. Patricia Matey | Madrid

No hay que parar quieto, se tenga la edad que se tenga, sobre todo si se desea mantener 'intactos' los recuerdos. No es la primera vez que un estudio constata que el ejercicio físico ayuda a preservar la memoria, pero sí es de los pocos en los que han intervenido pruebas de imagen cerebrales para constatar que el deporte aumenta el volumen de las zonas cerebrales relacionadas con esta función cognitiva.
Arthur Kramer, autor principal del estudio y director del Instituto Beckman en la Universidad de Illinois (EEUU), asegura que "los datos obtenidos son particularmente interesantes porque constatan que incluso pequeñas cantidades de ejercicio realizadas por las personas mayores sedentarias pueden mejorar sustancialmente la memoria y la salud cerebral . Y esta mejoría puede tener importantes implicaciones en la salud de los ciudadanos de las naciones en las que el envejecimiento se está expandiendo."
 De la misma opinión se muestra Julio Sanjuan, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), quien en declaraciones a ELMUNDO.es reconoce que "la investigación, realizada con la metodología correcta, es muy interesante".
El deterioro del hipocampo (la estructura del cerebro que involucra la formación de todos los tipos de memoria) se reduce un 2,1% anual en los adultos mayores sin demencia, y esta pérdida de volumen aumenta el riesgo de deterioro cognitivo. "Las estrategias para combatir el deterioro del hipocampo y, por tanto, de la memoria, se han convertido en un tema prioritario en los últimos años desde la perspectiva científica y de salud pública. La actividad física, como el ejercicio aeróbico, se ha convertido en un tratamiento prometedor de bajo coste que mejora la función neurocognitiva y que es accesible a todas las personas mayores sin contraindicaciones específicas", destacan los autores en su estudio, publicado en 'Proceedings of the National Academy of Science'(PNAS).

Un 2% más de volumen cerebral

En el trabajo han participado 120 personas con más de 55 años, sedentarias y sin demencia. La mitad de ellas anduvo 40 minutos al día, tres veces por semana; mientras que el otro grupo se limitó a realizar ejercicios tonificantes. Antes y después de esta intervención todos los participantes se sometieron a una resonancia magnética.
Los datos revelan que las personas que practicaron ejercicio "experimentaron un aumento del volumen del hipocampo izquierdo y derecho del 2,12% y 1,97% respectivamente durante el primer año de entrenamiento, mientras que el grupo control obtuvo una disminución de esta zona cerebral de entre el 1,40% y 1,43%, en el mismo periodo de tiempo", se insiste en la investigación.
Se suman a ellos los obtenidos en los test de memoria espacial. Las pruebas que se realizaron a ambos grupos en tres intervalos de tiempo destacan que aquéllos que realizaron ejercicio mejoraron en la función de la memoria, un beneficio asociado al incremento del tamaño del hipocampo. Asimismo, se evaluaron ciertos biomarcadores asociados con la salud cerebral, como el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, sus siglas en inglés), cuyos niveles en sangre aumentaron de forma significativa entre los que caminaron tres veces a la semana.

Plasticidad cerebral

El científico Kramer y su equipo resumen el estudio alegando que "el hipocampo sigue siendo plástico a finales de la edad adulta y que el ejercicio moderado es suficiente para mejorar su volumen. Lo que se traduce en una mejora de la función de memoria y en una mayor concentración de BDNF. Estos resultados indican claramente que el ejercicio aeróbico es neuroprotector y que iniciarlo en la edad adulta es útil para mejorar o aumentar la cognición o el volumen cerebral".
Para el doctor Sanjuan es "curioso que no se mencione que esta función del ejercicio sobre el hipocampo y el BDNF, es exactamente la misma que realizan los fármacos antidepresivos; de hecho, el ejercicio físico es un reconocido tratamiento preventivo en algunas depresiones. También la psicoterapia puede modificar la neuroimagen cerebral (funcional y morfometría). Es decir, que los datos en conjunto sugieren que hay una gran plasticidad cerebral que puede modificarse por diferentes vías: como la química (antidepresivos); con la palabra (psicoterapia) o, simplemente, con el ejercicio físico".


Las dietas severas activan dos genes capaces de prolongar la vida

JOSÉ MANUEL NIEVES. MADRID.

Diario ABC 29-5-07

Desde hace años los científicos saben que reducir sustancialmente la ingesta de calorías (entre un 40 y un 60 por ciento, en el borde mismo de la desnutrición) tiene el efecto de alargar la esperanza de vida en un gran número de especies, desde las simples levaduras hasta los primates, pasando por todo tipo de insectos, gusanos y roedores. Sin embargo, y a pesar de la intensidad de la búsqueda, las bases moleculares que se encuentran detrás de este sorprendente efecto han seguido ocultas a la mirada de los investigadores.
Dos grupos diferentes de científicos publican en Nature una respuesta parcial a este interrogante revelando la función que dos proteínas (la PHA-4 y la SKN-1) desempeñan a la hora de extender el tiempo de vida de un pequeño gusano muy conocido en los laboratorios de todo el mundo, Caernorhabditis elegans.

Activación de genes

Dirigido por los científicos Nicholas Bishop y Leonard Guarente, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EEUU), la investigación revela que reducir la cantidad de comida ingerida activa el SKN-1, un gen que se halla en las «ASI», dos neuronas de la cabeza de C. elegans. Dichas neuronas, según afirman los investigadores, tienen un papel destacado a la hora de desencadenar los procesos por los que se incrementa la longevidad de los gusanos sometidos a dieta, a partir de un mecanismo endocrino.
Ambas proteínas son factores de transcripción, es decir, regulan la expresión de varios genes. Sin embargo, los investigadores piensan que estas dos proteínas tienen otra función, que sería precisamente la de «disparar» las hormonas que coordinan la respuesta fisiológica a una dieta restringida. Si se dan todas las condiciones favorables, la restricción de la dieta de C. elegans (que se consigue a base de diluir las bacterias que les sirven de alimento) tiene el efecto de incrementar su esperanza de vida entre un 20 y un 50 por ciento con respecto a los ejemplares que siguen una dieta normal.
Cuestiones pendientesLa proteína PHA-4, cuya misión específica es la de favorecer la «fabricación» de la faringe en los embriones de los gusanos de esta especie, resulta ser muy parecida a un grupo de proteínas características de los mamíferos, denominadas FOXA. En efecto, las FOXA también tienen funciones relacionadas con el desarrollo de órganos específicos, a la vez que regulan el metabolismo de la glucosa en las últimas etapas de la vida de los mamíferos. Poco o nada se sabe de la función de PHA-4 en los gusanos adultos. Los hallazgos abren otras cuestiones. El siguiente paso será saber si PHA-4 y SKN-1 son capaces de trabajar juntos.